¡Bienvenidos de nuevo a este vuestro blog, amantes de la buena cocina y de los videojuegos!

Pues otro añito más que nos apuntamos a pasar miedo gracias a la fiesta esta de Jarguolín ¿O como se dice? Jabolín, Hayobin, pues eso, la fiesta esta de las calabazas con forma de calavera, los trucos, los tratos y los caramelos que nunca nos darán nuestros vecinos aún por llevar la careta puesta los otros 365 días del año.

Venga, va, tonterías aparte provocadas porque a nuestro cocinero le ha comido parte del cerebro un zombie con hambre y con ganas de leer la receta que os queremos regalar hoy también vamos a hablaros un poquito de un simpático y terrorífico videojuego ideal para poder disfrutar durante estas tenebrosas fechas.

Uno de esos títulos que además de meternos de lleno en una atmosfera de terror aderezada con bastantes tintes de humor nos/os evocará bastante nostalgia a todos aquellos videojugadores que como nosotros pudimos disfrutar de lleno de la magia que se destiló en la época del lanzamiento de las consolas de 32 bits, aunque no por ello queremos decir que no sea disfrutón para todas aquellas generaciones posteriores, que esto de los videojuegos no entiende ni de edades ni de fechas ¿No?

Al caso, que como siempre nos liamos y esos son otros menesteres que poder discutir fuera del post, es que allá por el ya lejano año 1998 llegó al catálogo de la ya mítica PlayStation, un terrorífico juego desarrollado por SCE Studio Cambridge (realmente conocido, si nuestro inglés con acento extremeño nos lo permite, como Sony Computer Entertainment) y que pudimos conocer bajo el nombre de un combinación de las palabras inglesas medieval y evil, ya que el videojuego está ambientado entre la Edad Media y el terror macabro y dando como resultado a ese gran título que conocemos como  «Medievil´´. Dos años después y gracias al exitazo cosechado por el primer título llegó su esperada secuela también para seguir dando bastante miedo a nuestra máquina de 32 bits incorporando varias innovaciones tanto en la historia como en la jugabilidad amén de expandir el lore del juego.

Pasado ya un tiempo el juego original fue revisado y relanzado en 2005 para la PlayStation Portable o PSP para los amigos, bajo el nombre de «MediEvil: Resurrection´´. Esta versión no se convertiría en un simple port, sino que sería una reinterpretación del original con algunos cambios importantes tanto a la hora de jugar como en la propia historia, otorgándole así características propias dentro de la franquicia. Aprovechando esa nostalgia hacia la franquicia de la que hablábamos al principio del post y la falta de lanzar un nuevo título bajo su nombre se llegó a la creación de un remake completo en el año 2019 para PlayStation 4, con gráficos actualizados, nuevos controles y mejoras en la jugabilidad, pero conservando la esencia del juego original.

A partir de aquí y tras asustar a nuestra consola y/o emulador al iniciar el juego, vamos a poder ponernos al mando del carismático Sir Daniel Fortesque, un caballero no-muerto que resucitará al comienzo de la historia para seguir combatiendo contra el malvado hechicero Zarok. Sí, decimos seguir peleando porque este pobre miserere fue testigo de una épica batalla que tuvo lugar hace dos días, concretamente en el siglo XIII y que se originó cuando el villano hechicero invadió Gallowmere, lugar donde va a trascurrir todos los hechos, liderando a todo un ejército de demonios y criaturas oscuras. Y es aquí donde nuestro esquelético protagonista nombrado campeón de las fuerzas del rey, intentará liderar al ejercito real para hacer frente a tan aciago mal con tanta mala suerte que sería el primero en morir al ser alcanzado por una flecha (¡aprended, personajes del Skyrim!), convirtiéndose en una mofa histórica tras tan bochornosa derrota. Igualmente, Zarok sería derrotado momentáneamente, pero como todos sabemos que no hay villano que no sea algo cansino 100 años después regresaría para intentar conquistar Gallowmere nuevamente. Así y por su afán por querer revivir a todos sus lacayos, devolverá a la vida a Sir Daniel, que tendrá ahora una segunda oportunidad de redimirse y ser el héroe protector del reino que la leyenda decía que debía ser y pudiendo ganarse un lugar en la Sala de los Héroes lugar del que se le privó durante tantos años.

Para ello nos vamos a encontrar con una jugabilidad que mezcla elementos de acción, aventura y plataformas a lo largo de los 22 niveles que conforman el juego. Nos lanzaremos así a un viaje lleno de enemigos en cementerios, aldeas embrujadas y bosques malditos, todo para derrotar al villano de turno. ¡Pero aquí viene lo divertido! Tendremos a nuestra disposición una colección de armas súper variada, desde espadas y martillos para el combate cuerpo a cuerpo, hasta ballestas y arcos para atacar a distancia. Y si en algún momento te quedas sin armas, puedes sacar tu propio brazo esquelético para dar mamporros improvisados. Además, tendrás escudos para bloquear los ataques de los enemigos, aunque, ¡ojo! No son indestructibles, y pueden desgastarse si los usas demasiado.

Los enemigos que aparecerán serán variados y en muchos momentos nos pondrán las cosas algo complicadas pero al ir avanzando y derrotándolos acabaremos la fase enfrentarnos al jefe de turno del nivel convirtiéndose de esta manera en combates más memorables y desafiantes, cada uno con su propio estilo y mecánicas únicas que nos obligarán a adaptarnos a su modus operandi y cambiar estrategias constantemente hasta conseguirles hacer morder el polvo.

De esta manera nos encontraremos con un sistema de combate bastante dinámico pero simple, con el uso de ataques directos y algunos movimientos de carga con los que poder infligir más daño. Esto provocará una mecánica crucial ya que en cada nivel vamos a poder conseguir un Cáliz de Almas, que se llenará al derrotar enemigos y que, si este llega al 100% antes de terminar el nivel, podremos conseguir nuevas armas y habilidades al visitar la tan ansiada por el protagonista Sala de los Héroes. Todo ello, claro está, si nuestro enclenque caballero de armadura oxidada no vacía la barra de (no)vida tras todos estos combates ya que como penalización deberemos reiniciar el nivel desde el principio, siendo a partir de ahora más cuidadosos con nuestros frágiles huesos y pudiendo reponer nuestra salud con los frascos de vida y fuentes mágicas repartidas por los niveles.

Pero como todo no va a ser ponernos a pelear y dar tajos al aire hasta rajar algún monstruo que pillemos por medio los niveles del juego van a contar con algún que otro puzle que deberemos resolver tras darle mucho a nuestra hueca calavera además que en varias ocasiones vamos a tener que recolectar objetos especiales, resolver desafíos para poder avanzar en la trama, superar ciertas plataformas que nos pondrán en algún que otro aprieto y como no poder descubrir salas secretas que en las que conseguir algún que otro ítem especial por lo que nos tocará patearnos el mapeado más de una vez hasta darnos cuenta de ello. De esta guisa el juego va a presentar una dificultad in crescendo, apareciendo enemigos más duros y rompecabezas más complejos a medida que avanzamos en la historia.

Aun así, este gran juego no solo destacó por su estilo artístico único. Aunque los gráficos eran poligonales y algo toscos limitados por el hardware de la primera PlayStation, el juego logró una atmósfera lúgubre y encantadora a través de su diseño de personajes y entornos adoptando un tono gótico caricaturesco, con influencias claras de películas como «Pesadilla antes de Navidad´´. Los escenarios, conformados por cementerios, castillos y criptas, están cuidadosamente diseñados para captar un ambiente oscuro pero lleno de humor. Los personajes también tienen un diseño exagerado y estilizado, lo que añade un aire macabro, pero a la par simpaticón, presentando las animaciones de los personajes muy fluidas y detalladas. Sir Daniel, por ejemplo, tiene movimientos cómicos y distintivos: su caminar desgarbado y su forma de blandir armas subrayan su condición de héroe accidentado.

La OST complementa perfectamente la temática del juego, con melodías que recuerdan a bandas sonoras de películas de terror clásico siendo esta uno de los puntos fuertes del juego. Compuesta por Paul Arnold y Andrew Barnabas y caracterizándose por su atmósfera oscura y siniestra, con un toque épico y de fantasía, perfecta para ambientar las aventuras de nuestro huesudo adalid y pudiendo escuchar principalmente piezas musicales orquestales, con arreglos que utilizan coros fantasmales, cuerdas dramáticas y órganos macabros, lo que añade un aire cinematográfico a los escenarios del juego.

Los efectos de sonido también están bien logrados, desde los golpes de las armas hasta los gruñidos y lamentos de los enemigos. Sir Daniel no tiene voz en el juego original al no tener mandíbula, lo que añade un toque cómico a su presencia (aunque en el remake de 2019 le dieron algunos diálogos).

En resumen «MediEvil´´ es una combinación única de acción, humor, y atmósfera gótica que, a pesar de sus «limitaciones´´ técnicas de la época, destaca como una joya de la era de los 32 bits. Su historia, jugabilidad accesible, la mezcla de combates simples, exploración, puzles y encantador estilo visual lo convirtieron en un clásico dentro del mundo de los videojuegos, convirtiendo así a Sir Daniel Fortesque es un personaje que, aunque inicialmente no logró ser el héroe que todos esperaban, finalmente conquistó los corazones de los videojugadores.

Y como bien decimos siempre, queridos lectores, sois vosotros libres de probar este clasicazo en cualquiera de sus versiones ya que todas y cada una de ellas os harán pasar un terrorífica tarde de juego acompañando como no a la receta con la que queremos homenajear a este título que tan buenos ratos nos dejó tanto en el pasado probándolo en casa de amigos (que nuestra Saturn si no nos miraba mal) o al poder adquirirlo tiempo después para completar nuestra colección particular y rememorar las andanzas de este carismático héroe.

Por ello hemos acudido a la Sala de Héroes, tras alcanzar el final bue…estoooo, que no queremos haceros spoilers, pero solo os decimos que esta visita está relacionada con los Cálices de los que os hablamos anteriormente y le hemos pedido permiso a Sir Daniel para utilizar su imagen y como no su apellido para darle nombre a esta nueva receta con la que poder pillar energías el día de Halloween y salir a pasar una noche terroríficamente divertida.

Así que, sin más dilación, vamos a colocar a nuestro cocinero el trozo de cerebro que regurgitó el zombie que intentó comérselo, enfundarle el delantal e ir hacia la cocina a empezar a cocinar esta elaboración que dará un buen y rico susto a vuestro paladar.

¡Vamos a ello!

PRESSTARTCOOK

Pan Tostado al Toque De Gallowmere

Ingredientes

-1/2 Barra de Pan*

-150 Grs Tomate Frito

– 2 Lonchas Bacon

-2 Lonchas Jamón York

-4 Champiñones

-100 Grs Queso Rallado

-C/S Orégano

Elaboración

Primero vamos a partir a la mitad el pan con la ayuda de un cuchillo de sierra, siempre teniendo mucho cuidado ya que un corte de este tipo de herramientas no las curamos rápido con un frasco de vida como en el juego. Le quitamos algo de la miga si hay mucha para que no se empape demasiado.

Ahora, vamos a lavar los champiñones para evitar encontrarnos algún resto de tierra que puedan contener ya que al desenterrarlos de la tumba en la que se encontraba nuestro protagonista puede tener siempre algo de suciedad que nos pueda estropear el plato.Una vez limpios vamos a cortarlos a la mitad y a continuación con la ayuda de un palo, pajita o incluso un lápiz apretaremos el champiñón para hacerle una cavidad y formas así unos ojos. Formados los dos del tamaño igual o diferente, vamos a formarle la boca utilizando la punta de un cuchillo pequeño para rascar el champiñón y darle así la forma de los dientes.

Nos toca ahora cortar en trozos no muy grandes tanto el bacon como el jamón york.

Una vez tengamos preparados todos los ingredientes vamos a encender las llamas del averno de nuestro horno, sin pasarnos, pero llegando a los 180ºC para que se precaliente. Momento en el que vamos a ir montando la elaboración untando primero el pan con el tomate frito con la ayuda de una lengua o cuchara, aderezando este con el orégano a nuestro gusto y colocando encima el queso rallado.

Ahora, vamos a ir poniendo por encima los trozos de bacon y york y finalmente repartidas también las calaveras de champiñón previamente untadas con un poquito de aceite e introducimos al horno durante 15 minutos a los mismos grados que dejamos para el precalentamiento.

Sacamos con cuidado de no quemarnos y parecer unos Freddy Krueger al uso y solo nos toca disfrutar de esta elaboración celebrando esta terrorífica noche acompañando en sus hazañas a nuestro famélico pero heroico protagonista en su travesía través de la lúgubre Gallowmere.

Nosotros sin más nos despedimos no sin antes volveros a agradecer el apoyo constante hacia esta nuestra/vuestra bitácora.

¡Nos seguimos leyendo sin falta! ¡Y recordad lo del truco o trato!

Un abrazote

INSERT COIN

*Podéis utilizar el pan que más os guste para la elaboración.