¡Bienvenidos de nuevo a este vuestro blog, amantes de la buena cocina y de los videojuegos!
Nos hacemos de rogar, sí, pero finalmente y tras un mes sin dar señales de vida, aparecemos por estos lares para traeros lo que todos nos pedís tanto en redes sociales como por todos los grupos videojueguiles en los que estamos inmersos y en los que hemos tenido la grandísima suerte de poder conocer (virtualmente hablando) a muchos de vosotros, a la par de poder tener grandísimas e interesantes conversaciones sobre este hobby todos tenemos en común.
Como siempre decimos, es por vuestro grandísimo apoyo por lo que nos ponemos el delantal tras jugar títulos maravillosos como el que os traemos hoy, para hacer lo de siempre, rendir un soberano homenaje en formato receta a cualquiera de estas joyitas y hacer que vosotros sintáis lo mismo tanto al elaborar el plato como al probar el juego del que hablamos.
El de hoy es uno de esos juegos que tras finalizarlos te deja un vacío que difícilmente puedes rellenar y es que tanto por su argumento, como por su nivel audiovisual es un título que te marca el corazón como jugador.
En este nos vamos a meter en la piel de un simpático y achuchable personaje que recibe el nombre de Ori, que dará nombre tanto al juego del que hablaremos hoy como a su secuela (de la que nos gustaría también hablar en un futuro y hacerle también homenaje). Es por ello que allá por el año 2015, nos llegó un título de plataformas 2D de scroll lateral con un grandísimo toque Metroidvania, desarrollado por Moon Studios y publicado por Microsoft originalmente para las plataformas XBOX One y Windows y recibiendo este el nombre de «Ori and The Blind Forest´´. Un año más tarde sería lanzada una revisión del título que mejoraría mucho de los aspectos de este, puliendo varios de sus errores y fallos y siendo esta la edición definitiva del juego. Esta versión también llegaría a nuevas plataformas como Nintendo Switch, tanto en formato digital como físico.
Una vez hechas las presentaciones, estaremos inmersos en una preciosa historia fuertemente inspirada tanto por grandes clásicos de la animación como «El Rey León´´, «La Princesa Mononoke´´o «Mi Vecino Totoro´´ entre otros muchos como por otros juegazos que han marcado dentro del género y en la historia de los videojuegos como «The Legend of Zelda´´ o «Metroid´´ por poner algunos ejemplos y en los que veremos algún que otro homenaje dentro del título en forma de Easter Egg. Una vez iniciamos el juego, conoceremos la travesía de nuestro protagonista para recuperar y restaurar su hogar, el bosque de Nibel, después de producirse un cataclismo y que este perdiese toda la vida que albergaba en él. Para ello, contará con la ayuda de Sein, un hada con mucho que contar y que nos hará las veces de guía durante nuestra épica travesías. Con este resumen no queremos pecar de escuetos, pero como hemos dicho al principio del post, este es uno de esos juegos en los que la historia tiene mucho que contar y que de verdad os va a llegar a calar bastante hondo, por lo que no queremos destripar mucho de la trama y que seáis vosotros, queridos lectores, los que disfrutéis al 100% de lo que esta historia nos quiere contar.
Adentrándonos ya en las profundidades de este desolado bosque, nos iremos amoldando a las habilidades que, tanto Ori como Sein, utilizarán para poder sobrevivir y llegar hasta el final, pudiendo saltar y trepar entre las distintas plataformas o disparar Llamas de espíritu para combatir a los diferentes enemigos o abatir obstáculos que se interpongan en nuestro camino. Para derrotarlos contaremos con un ataque a distancia en el que realizaremos disparos teledirigidos tras fijar a los enemigos automáticamente, evitando así el combate físico.
Una vez hayamos vencido a varios de estos, recibiremos esferas de energía que nos servirán como moneda de cambio para conseguir aumentar el número de nuestras habilidades que nos permitirán mejorar nuestras acciones, el sistema de combate, o que nos permitan acceder a zonas anteriormente inaccesibles en el mapeado, por medio de una forma secuencial en la que deberemos obtener primero una habilidad para conseguir la siguiente de mejor nivel, encontrándonos así hasta un total de 28 diferentes, que se dividirán en defensa, ataque y recolección de objetos.

De esta manera, contaremos con un árbol de habilidades al que accederemos a través de puntos de guardado denominados «pozos de espíritu» distribuidos por todo el mapeado, amén de los que vamos a poder crear nosotros en cualquier momento de la aventura si no tenemos cerca ninguno de los anteriores denominados como «vínculos de alma» y sirviéndonos también como checkpoints para guardar nuestro progreso en cualquier momento. Sin embargo, los vínculos de alma solo pueden ser creados utilizando celdas de energía azules que podremos ir recopilando durante nuestra travesía, siendo estas un recurso escaso que deberemos administrar bastante bien.
Para ayudar a Ori a conseguir tanto estas esferas como otro tipo de objetos y mejoras que nos permitan aumentar nuestras esferas de salud y energía, vamos a tener la posibilidad de tener cierta libertad de exploración del mapeado en un primer momento, ampliándose tras derribar ciertos obstáculos o resolver cualquier puzle gracias a la adquisición de la habilidad que nos permita resolver esa acción. Para ello, vamos a poder volver a sitios que teníamos vetados desde un principio para ir completando íntegramente el mapa y descubrir esas zonas a las que antes no podíamos acceder, estando señaladas en el mapa una vez exploradas y pudiendo volver a ellas en cualquier otro instante, haciendo que la exploración muy necesaria para completar el juego.

Cierto es que el título va a carecer de enfrentamientos contra jefes finales como punto de finalización de ciertas zonas, en vez de tener una batalla contra un enemigo gigantesco el rival a batir será el escenario donde nos encontremos ya que este se irá derribando o destruyendo a la par que consigamos avanzar de manera vertical hasta llegar a la salida.

Este será uno de los puntos fuertes del título, pues su curva de dificultad no será excesiva, siendo nosotros mismos quienes pongamos nuestros límites. Con esto no queremos decir que el juego sea un camino de rosas ya que tiene su dificultad, pero será el ensayo y error el que dictamine nuestras partidas, enfocando nuestras acciones para salir airosos de los peligros contra los que nos encontremos, midiendo cada centímetro de nuestros saltos entre plataformas o adoptando la estrategia necesaria para acabar con ciertos enemigos. Si hemos fallado en lo más mínimo, el juego nos penalizará comenzando de nuevo en el punto de guardado anterior al fin de la partida, por lo que como hemos dicho anteriormente, será necesario administrar nuestros vínculos del alma si no queremos volver a empezar de nuevo todo el camino que andamos hasta el momento.
Huelga decir, que, en la versión definitiva del título, podremos elegir nuevos niveles de dificultad desde fácil hasta un modo super difícil en el que moriremos al primer error que cometamos volviendo a empezar la historia desde el principio. Aún así, deberemos de ser cuidadosos y valorar cada una de nuestras acciones antes de ponernos en marcha para no tener que volver a repetirlas.
También habrá momentos en el que tendremos que darle bastante al coco para resolver ciertos puzles que nos permitan avanzar, bien usando nuestras habilidades o aprovechando parte e items que nos ofrecerán los propios escenarios, teniendo que buscar meticulosamente en todos los rincones de cada uno de estos para no dejarnos nada atrás.
Es aquí donde el juego gano enteros, y por goleada, en su nivel visual, pues este (mucho más allá del plato que vamos a elaborar para darle homenaje), es una verdadera delicia. Nos encontraremos con escenarios muy vivos que pasarán de tener un grandísimo colorido a aparecer devastados y decadentes, siendo a veces este el gran protagonista del título al dejarnos atónitos con muchos de los escenarios que podemos visualizar y al ofrecernos un entorno que parecerá que tiene vida propia cambiando y adaptándose continuamente. Las animaciones son bastantes fluidas y brillantes recalcando en los propios personajes protagonistas, que están minuciosamente animados para expresar sus sentimientos al presentar una ausencia diálogo más allá de la narración de la historia entre escenas.

Y ya para consagrarse como una verdadera obra de arte hay que añadir que la composición de su OST es sublime, ofreciéndonos una manipulación del impacto emocional de cada uno de los momentos que se presentan durante la historia y la travesía de Ori a través de una amplia partitura orquestral, destacando el tema principal que es una maravilla para escuchar a cualquier hora del día y sobre todo durante esos días en los que nos sintamos demasiado estresados.
De esta guisa, disfrutaremos de unas 8/10 horas de juego, dependiendo de nuestro afán coleccionista por conseguir todos los objetos y habilidades o por completar y conocer todos los rincones del extenso mapa que compone este mágico bosque en el que nos veremos inmerso para traer de nuevo la luz al hogar de nuestro achuchable protagonista. La única pega es que tras finalizar el juego la historia se reseteará por lo que si no hemos conseguido todos los coleccionables volveremos a tener que encontrarlos todos de nuevo.
Por todo esto, solo nos queda deciros que de verdad lo probéis sin duda, tanto este título como su secuela, pues vais a tener una auténtica experiencia, convirtiendo vuestras partidas en un viaje único e irrepetible y disfrutando de una atmosfera mágica y de una historia que os llegará muy dentro de vuestros corazones.
Y tras estar valorando que receta sería la idónea para homenajear a esta grandísima obra de arte, dimos con la clave, pensando en nuestro carismático protagonista y haciendo algo muy dulce y con una textura muy pero que muy esponjosa y achuchable, a la par de coincidir con los colores que representan el bosque en el que vive y al que quiere devolver toda su vitalidad.
Por ello, dejamos de lado nuestro pad, nos ponemos nuestro delantal, organizamos nuestros utensilios y nos ponemos manos a la obra para que elaboréis y disfrutéis tanto de ella como nosotros al traérosla.
¡Esperemos que sea de vuestro agrado!
PRESSTARTCOOK
Flan de Merengue «Ori´´
Ingredientes
60 Grs Azúcar
8 Claras de Huevo
1 Pizca Sal
1 Cucharadita Esencia Vainilla
C/S Colorante Alimenticio Color Azul
60 Grs Azúcar para el caramelo
C/S Lima
C/S Azúcar Glass
Elaboración
Primero vamos a derretir el azúcar al fuego hasta obtener el caramelo. Añadiremos unas gotas de lima para evitar que se nos empanice*. Una vez empiece a estar líquido, añadiremos 3 gotas de colorante de color azul. Removemos hasta que el azúcar se haya deshecho totalmente.
Ponemos el caramelo en el molde y dejamos enfriar hasta que cristalice. Mucho cuidado con quemarnos que las quemaduras de caramelo son muy dolorosas.
Hacemos el merengue separando las claras de las yemas de los huevos e iremos montándolas con ayuda de una varilla ya sea manual o eléctrica, de primeras con una pizca de sal. Iremos añadiendo el azúcar poco a poco para evitar que nos queden grumos y también la esencia de vainilla y 10 gotas de colorante azul.
Cuando esté listo, tenemos que volcar el recipiente y estará bien hecho si este no se despega.
Una vez frío el caramelo, añadiremos el merengue a un molde con la ayuda de una lengua para que este se amolde.
Calentamos el horno y ponemos una placa con agua para cocer el merengue al baño maría a 160ºC durante 36 minutos con calor arriba y abajo. Apagamos el horno y dejamos reposar dentro de este durante dos minutos.
Sacamos y dejamos enfriar, viendo que al hornearse se habrá hinchado. No os preocupéis si al enfriarse se desinfla, pues es lo que buscamos. Ahora, desmoldamos con muchísimo cuidado pues se nos pegará a las paredes del molde. Si queréis evitar esto (o no tenéis paciencia) podéis untar el molde con un poco de mantequilla y azúcar.
Mientras tanto vamos a llevar a cabo nuestro talento artístico más allá de la cocina y recortaremos una imagen de la silueta de Ori, que vamos a poder encontrar por cualquier galería de imágenes de la red. De esta manera podemos optar por dos opciones, colocando la silueta encima del flan o en el plato (o si no podéis hacer las dos) y espolvorearemos con azúcar glass por encima con la ayuda de un tamiz o colador. Retiramos el recorte con mucho cuidado para que no se nos estropee el dibujo.
Servimos y disfrutamos junto con unas buenas partidas a cualquiera de los juegos protagonizados por este carismático personaje. Y sí, también hemos añadido a las fotos la segunda parte de este juegazo, que ya que no le hemos hecho review pues le damos también homenaje junto al plato.
Como veis tenemos una receta bastante sencilla, en la que os pueden ayudar los más peques de la casa en alguna de las partes y que será del gusto de todos.
De nuevo, muchísimas gracias por acompañarnos en este nuevo post y desde aquí esperamos volver a encontraros en la siguiente entrada, pues como decimos siempre, esta bitácora sin vosotros no funcionaría.
Así ¡Nos leemos en la siguiente entrada! ¡Un fuerte abrazo, amigos!
Y de verdad, corred a probar esta obra de arte llamada «Ori and The Blind Forest´´
INSERT COIN
*Empanizar-Fenómeno que se produce en la cocción del azúcar cuando forma grumos de azúcar.
Que grandísimo juego y que pintaza la receta, delicioso y gran post, un abrazo y feliz fin de semana 😉
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Muchísimas gracias, compañero!!! Todo un placer que sea de tu agrado!!! Igualmente!!
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¡¡Hola compa :D, que maravilla el poder leerte de nuevo!!
Y ojo, que si aparte del tiempo, el que sigas con la bitácora depende de nuestro apoyo, que sepas que bailo con unas maracas mientras te animo si hace falta… ¡escribes que es una pasada!
Además, que siempre nos traes auténticas maravillas videojueguiles omo este «Ori & the blind forest». Admito que no lo he jugado, pero lo conozco de oídas y de ver algún gameplay. Lo cierto es que el género metroidvania es uno de mis favoritos, pero además, me has picado la curiosidad con su historia tan emotiva. Te agradezco que la comentaras sin spoilers). Eso por no hablar del apartado técnico: lo que entra por los ojos realmente impresiona (los escenarios son una belleza), y por lo que comentas, ocurre lo mismo con lo que se disfruta con los oídos, siendo su OST algo realmente disfrutable.
Y la receta… ¡bueno, la receta que pintarraca tiene! Con lo goloso que soy y lo que me encantan los dulces, esta va a ser otra que voy a intentar de hacer, porque este «Flan Merengue Ori» tiene que estar buenísimo. ¡Eres el chef, sin duda!
Mi más sincera enhorabuena por semejante currada de post compa. Apúntate un Respect más que merecido.
Un abrazo y nos seguimos leyendo 😀
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Muchísimas gracias, compañero!!! Este tipo de comentarios son justamente lo que decíamos al principio del post ¡Sin vuestro apoyo esto no seguría adelante!
Pues en lo que tengas oportunidad dale un tiento a este gran juegazo y sobre todo si los metroidvania te gustan este te va a encantar por todo lo que lo conforma.
Lo dicho, señor, usted si que es un crack y todo un referente en este mundillo del blogging y es todo un honor para nosotros poder contar con su apoyo incondicional.
Un abrazote y nos seguimos leyendo!!! 😊😊😊
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¡Que bueno!
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Me han entrado muchas ganas de probar el juego. Soy muy fan de la princesa Mononoke y la estética de Ori me parece brutal. En cuanto pueda lo pillo. Por supuesto la receta del Merengue me parece deliciosa, tomo nota. Muy buena la entrada. 😀
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¡Muy buenas! Pues haces más que bien en poder probar el juego (o su segunda parte) ya que es una delicia tanto a nivel visual,sonoro y de jugabilidad. Tanto o más como Mononoke,que es nuestra peli favorita del estudio Ghibli (bueno,más o menos,que la de nuestra redactora es El Castillo Ambulante y puede salir discusión xD).
Muchas gracias por tan grato comentario.
¡Nos seguimos leyendo! Un gran saludo.
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