¡Bienvenidos de nuevo a este vuestro blog, amantes de la buena cocina y de los videojuegos!

¡Feliz 2023! Da igual el día que leas esto, que felicitar el año no es caduco hasta que las palabras no son bien recibidas, o eso dicen al menos….

Tonterías aparte, vamos a empezar un nuevo año cargados de ilusión, buen rollo, grandes videojuegos que probar y jugar y sobre todo buena cocina. Como comentábamos en el post donde os felicitábamos las fiestas, nuestro propósito para este nuevo año es hacer que el blog no carezca de novedades, aumentando el número de publicaciones en la medida de lo posible, aunque para ello tengamos que dejar de lado otros menesteres que ocupen nuestros hobbies y quehaceres diarios en pos de regalaros nuevo contenido, bien en forma de recetas o recuperando secciones que han quedado relegadas en el ostracismo de temática que alguna vez os hemos querido ofrecer.

Bien, pues sin más dilación toca empezar una nueva temporada empezando con una receta que hemos creado a partir de una idea que el propio juego al que queremos dar homenaje nos ofreció durante las últimas partidas que hemos podido jugar durante estos días, disfrutando de este enorme título desde el minuto uno. Eso sí, debemos ser sinceros y decir que, aunque el videojuego fuese lanzado hace ya unos años, no hemos podido disfrutarlo hasta hace bien poco, justo cuando salió al mercado ya en formato físico, ya que tenemos esa fea manía de no jugar a nada en forma digital, aunque viendo el panorama y el futuro de los videojuegos vamos a tener que ir cambiando en chip si queremos seguir disfrutando de las novedades que vayan apareciendo a lo largo del tiempo.

Dejando las manías a un lado, vamos a presentaros el juego en cuestión. Un título que como hemos dicho antes, nos ha ENAMORADO, sí, así como podéis leer, en mayúsculas pues ha sido de lo mejorcito que hemos podido disfrutar en años y ha entrado en nuestro top de videojuegos favoritos. Y ha sido tanto por su jugabilidad, su apartado visual y sonoro y por hacernos soltar sapos y culebras, rayos y retruécanos y un sinfín de palabras malsonantes que no diremos ni escribiremos para que nuestros lectores más jóvenes no aumenten su vocabulario de esta forma. Eso sí, nos ha supuesto un reto de esos que hacen que queramos mucho más, lúdicamente hablando, haciendo que nos superemos tanto como jugadores como planificadores de estrategias con las que poder superar las fases del juego.

¡Y sí, ya no nos enrollamos más! El juego en cuestión llegó al mercado videojueguil de la mano de un estudio canadiense conocido como StudioMDHR, primeramente, en el año 2017 para Microsoft Windows, Xbox One y Steam, en 2018 para MacOS, en 2019 para Nintendo Switch y en el olvidable 2020 para PS4, a plataforma por año, vamos. Eso sí, estos lanzamientos solo podían adquirirse y jugar digitalmente, es decir, solo por medio de las tiendas virtuales de cada compañía. Cosa que ha cambiado hace poco, pues antes de acabar el año 2022 recibimos la versión física de este videojuego, tanto para las consolas anteriormente descritas como para las lanzadas en la última generación. Además, en este último año, recibió un DLC que ampliaría su contenido lanzado tanto de forma digital como incluido en cada uno de los discos/cartucho del juego en físico.

Este videojuego se caracteriza por su «endiablada´´ dificultad (lo de las comillas lo entenderéis luego) y por presentar un estilo gráfico y de animación muy característico, basado en las series de animación de los años 20 del siglo pasado, recordando y bebiendo de estilos como el de Walt Disney, Tex Avery o Warner Bros entre otros muchos autores de animación clásicos. De esta guisa y basándose también en la jugabilidad de videojuegos de los 80/90 llegó a nuestra plataforma de juegos favorita un título que recibió el nombre de «Cuphead: Don’t deal with The Devil´´.

El juego, caló bastante hondo es muchos jugadores a nivel mundial, dando lugar a que apareciese bastante merchandising basado en la marca, amén de una serie de animación en la plataforma de vídeo Netflix y que ya ha alcanzado su tercera temporada (y esperemos que no la cancelen…)

Conoceremos así, la historia de los hermanos, Cuphead y Mugman, que tras perder una apuesta contra el Diablo en el casino que este regenta, deberán saldar la deuda consiguiendo las almas de los deudores que este tiene repartidos por los diferentes fases y mundos que conforman el mapa del juego, para evitar así pagar con las suyas propias y salvarse de un aciago destino.

De esta guisa, nos vamos a encontrar con un juego del género Run&Gun, es decir, un título de acción de desarrollo lateral en el que deberemos ir evitando obstáculos y plataformas, disparando a todo lo que se mueve y evitar morir en el intento. Aunque hemos de decir, que, concretamente el juego se denominaría más como un Boss Rush, debido sobre todo a que la mayoría de fases que lo complementan serían una progresión de enfrentamientos directamente contra los jefes de cada pantalla, dejando ciertas pantallas opcionales que sí se considerarían del género principal al que pertenecen, sin pasar por alto algunos tintes de Shoot ‘Em Up en el que nos pondremos a los mandos de un avión para emular al Barón Rojo o a Pierre Nodoyuna si somos poco duchos en este tipo de género.

Una vez nos pongamos delante de la pantalla nos encontremos con un mapeado por el que vamos a poder movernos libremente, completando cada uno de los jefes en el orden que queramos, por lo que el juego se desmarcará de ser tan lineal en ese aspecto y pudiendo conseguir monedas que nos permitan comprar armas, amuletos y habilidades en las tiendas y otros secretos, como las fases de mausoleos que nos otorgarán ataques devastadores con los que poder equiparnos si conseguimos superar el reto. Además, vamos a poder interactuar con algunos de los personajes que aparezcan en ciertos puntos del mapa, que nos darán ciertas recompensas si completamos las misiones y/o recados que nos propongan.

De esta manera empezará nuestra aventura al más puro estilo cobrador del frac de las almas, venciendo así a los 28 jefes del juego y teniendo que completar las 3 islas que complementan el mapeado además del infierno donde se aloja el Diablo.

Elegido ya el nivel que queremos afrontar, vamos a poder superarlo bien en solitario o con la ayuda de un compañero a través del cooperativo local, eligiendo al personaje que más nos guste y equipándonos con las armas, habilidades y ataques letales que iremos consiguiendo a medida que avance el juego. El menú de equipo será fundamental para enfrentarnos a los diferentes jefes y enemigos, pues cada uno presentará una debilidad frente a las diferentes armas, por lo que deberemos plantear una estrategia que nos permita descubrirlo.

Para ello, solo nos tocará morir, muchas, muchas veces, conociendo así de primera mano el reto que nos supone el rival al que nos debamos enfrentar en ese momento y la forma en la que deberemos derrotarlo. Por ello cualquier descuido será fatal y si perdemos todas nuestras vidas (comenzaremos con un total de 3) deberemos volver a empezar desde cero el nivel, avanzado otra vez hasta conseguir derrotar al enemigo tras hacerle daño sin parar y adoptando varios cambios en sus mecánicas que nos complicarán más poder vencerlo. Y no, no hemos exagerado al principio del párrafo diciendo que vais a morir muchas veces, pues cada vez que volvamos a intentar superar la fase, el jefe de turno cambiará su patrón de ataque, por lo que deberemos conocer como se comporta en cada uno de los movimientos que realice contra nosotros, aun variando el orden de estos, haciendo el que el más mínimo error nos devuelva a la casilla de salida.

Una vez vencido el jefe de turno, nos aparecerá en pantalla una lista con todas las acciones que hemos realizado durante el combate, desde el tiempo que hemos tardado, la vida con la que hemos acabado, los ataques súper utilizados y la habilidad que hemos demostrado a los mandos, otorgándonos una nota final que evalúe nuestra actuación.

Parece difícil, y lo es, pero no imposible, pues además de suerte, nos tocará tirar de habilidad, planificación y concentración, haciendo que la media de dos/tres minutos que suele durar cada pantalla nos parezcan que han sido horas, pero sintiendo una satisfacción total por haberlo completado y descubriendo aun así que cada combate es diferente, desafiante y por qué no decirlo, divertido por todas y cada una de las irrisorias escenas que aparecerán durante el transcurso de estos.

Bien es verdad que podríamos elegir una versión más sencilla y elegir el modo fácil de juego para completarlo de una manera más cómoda, pero será el propio título el que nos lo impida, pues si elegimos este nivel de dificultad no conseguiremos el título del alma del jefe de turno y no vamos a poder llegar al final del juego si no podemos hacer con todos y cada uno de ellos, por lo que el modo fácil se queda siendo un modo de entrenamiento con el que poder conocer las mecánicas del enemigo de turno y poder afrontar el verdadero enfrentamiento en un nivel de dificultad superior.

Una verdadera ayuda para poder llegar al final del juego la vamos a encontrar en su jugabilidad, pues funcionará endiabladamente bien, presentando un perfectísimo control del personaje que ajustará al milímetro cada una de nuestras acciones, pudiendo así disparar, saltar, hacer parries^* para desviar ataques, cambiar el tipo de disparo, ya sea el normal o uno que haga más daño o realizar un ataque especial que podremos realizar cuando el contador de daños que realizamos llegue a cinco. Este lo vamos a poder visualizar en la esquina inferior de la pantalla en forma de cartas de Póker, que disminuirán a medida que usemos un disparo con más daño. Además, tenemos que añadir el sistema de apuntando, que vamos a poder usar tanto estando de forma estática como a la hora de saltar y disparar y la posibilidad de realizar un dash (un sprint pero llamado así de forma más cool) tanto en el suelo como en el aire que nos permitirá esquivar algunos ataques y poder ejecutar un doble salto para impulsarnos sobre los proyectiles que nos lancen en pantalla. Pero ojo ¡solo los que nos aparezcan en color rosa! ¡Los demás hacen daño!

Aparcando ya la frenética jugabilidad y esfuerzo que supone el juego, vamos a adentrarnos en uno de los apartados que más destacan del título y que es el visual. Nos encontraremos de lleno con niveles con un estilo artístico intachable, pintados a mano de manera digital y presentando una paleta de colores bastante recargada que hace que los escenarios destaquen nada más empezar el nivel que seleccionemos. A la par, cabe recalcar todas y cada una de las animaciones que presentan los personajes del juego y las acciones que realizan en cada momento, derrochando bastante personalidad, desde el principio del combate tomando una pose o haciendo una mueca hasta en cada uno de sus diferentes ataques, que ocuparan parte de la pantalla en su totalidad. Cada una de ellas se crearon con las mismas técnicas de animación de principios del siglo pasado, utilizando para ello y como herramienta principal el rotoscopio. Destaca también esa sensación de grano en pantalla, como si de una película vieja se tratase, provocando, de esta manera, creer estar visualizando un corto clásico de animación interactivo.

Llegando ya al apartado sonoro este no se queda atrás, pues el juego nos brindará una increíble OST con temas al más puro estilo jazz y swing, que casarán perfectamente con cada uno de los niveles. Pudiendo así, de esta manera destacar la forma tan ostentosa de cómo se pueden fusionar el sonido con la imagen, ya que las animaciones de los enemigos suelen moverse al ritmo de la pieza que escuchamos en su nivel y haciendo que tengamos que parar varias veces la partida para escuchar partes de estas piezas sin perder concentración durante la batalla. Sin perder detalle también de un resultado atenuado del ruido analógico que escucharemos al seleccionar cada una de las pantallas, tal y como sucedía al visualizar una cinta antigua al conectarla a un proyector.

También vamos a poder destacar una tremendísima traducción al castellano, tanto para las secuencias estáticas que nos representarán la historia, como por los diálogos que podremos establecer con cada uno de los personajes, los nombres de estos y los de los niveles, que estarán muy bien implementados y elegidos.

En resumen, Cuphead es como el picante, nos hace sufrir, pero nos gusta y queremos más y más, para seguir avanzando y poder completar satisfactoriamente cada uno de sus niveles, tirando de ensayo y error y disfrutando al mismo tiempo de un apartado artístico único dentro del mundo de los videojuegos.

Y si solo con la historia principal no habéis tenido suficiente, podéis seguir con el DLC que comentamos al principio del post, que recibió el nombre de «The Delicious Last Course´´, en el que además de añadir a la Señorita Cáliz al plantel de personajes seleccionables, podemos volver a pasarlas canutas  a disfrutar de nuevos niveles y enemigos a los que derrotar para conseguir unos deliciosos ingredientes con los que poder elaborar un delicioso plato.

Desde esta nuestra bitácora, hemos adaptado esta elaboración para que, después de tan ardua tarea tras completar el juego o el nivel de turno, disfrutéis de un dulce y fácil bocado y dejéis que lo único que os ofrezca un reto sea este soberano juegazo que a nosotros nos ha encantado y que os recomendamos encarecidamente que probéis al menos una vez.

Para ello, y como los protagonistas tienen su cabeza en forma de taza dando así forma al título en cuestión, vamos a utilizar este menaje para elaborar la receta, elaborando de esta manera un sencillo bizcocho que no os hará perder mucho tiempo para seguir con vuestras partidas.

Sin más dilación, dejemos de lado trapichear almas que entregar al Diablo, olvidémonos del pico de dificultad, pongamos nuestro reproductor de audio a ritmo de buen jazz, enfundémonos nuestro delantal y… ¡Vamos a ello!

PRESSTARTCOOK

Ingredientes

50 Grs Harina Trigo

50 Grs Azúcar

30 Grs Cacao en Polvo

½ Cucharadita Levadura en Polvo

1 huevo

40 Ml Leche

40 Ml  Aceite Girasol

50 Grs Nata Montar (35% M.G)

7,5 Grs Azúcar Glass

C/S Perlas Chocolate

½ Galleta

Elaboración

Primero, antes de mezclar en un bol los ingredientes secos vamos a tamizarlos, es decir, pasamos por un colador la harina, el azúcar, el cacao y la levadura para evitar grumos y los mezclaremos.

A continuación, añadiremos los ingredientes líquidos: el huevo batido, la leche y el aceite de girasol.

Vamos a batirlo todo con la ayuda de unas varillas para que quede todo bien integrado.

Mientras tanto, vamos a montar la nata. Para ello vamos a necesitar enfriar un bol de cristal en la nevera durante varios minutos. Es muy importante que tanto el recipiente como la nata estén fríos.

Vertemos la nata e iremos batiendo con la ayuda de una varilla bien manual o eléctrica, lo que tengáis por casa. Comenzaremos a batir la nata y cuando empiecen a salir burbujas, añadiremos el azúcar glass poco a poco y sin dejar de batir hasta que esta esté consistente. Para saber cuando está lista, solo tenemos que darle la vuelta al bol y si no se cae la tendremos en el punto óptimo, pero cuidado y aseguraos que tiene algo de consistencia si no queréis naparos y endulzaros la cara.

Una vez lista la mezcla de los ingredientes del bizcocho, la verteremos en una taza apta para microondas, con la ayuda de una lengua pastelera. Tenemos que tener en cuenta que no deberemos llenarla demasiado pues puede desbordarse, por lo que la llenaremos hasta un poquito más de la mitad, dejando unos 3 cms de margen. Llevaremos la taza al microondas, colocándola a un borde del plato de este, nunca en el centro a máxima potencia durante 3 minutos, cosa que puede variar dependiendo del microondas, por lo que deberéis vigilar cuál es su potencia (lo recomendado son 800 W) y como va subiendo el bizcocho. Dejaremos enfriar unos 5 minutos para que se asiente y poder la nata encima con la ayuda de una manga pastelera, decoraremos con las perlas de chocolate y una galleta partida a la mitad.

Y listo, como podéis leer, queridos lectores, tenemos una elaboración sencilla y rápida, que además de basarse en la receta que podemos encontrar en el juego, utiliza la taza como recipiente para elaborarla y dar homenaje a los personajes protagonistas. Así vais a poder dejar de lado momentáneamente la dificultad para las partes más tediosas de este gran y retador juego y recargar las pilas con algo dulce para entablar las mejores estrategias con las que derrotar al jefe con el que nos enfrentemos para poder saldar nuestra deuda y salvar nuestras almas para seguir disfrutando del juego.

Como siempre, esperemos que tanto la receta como la recomendación sean de vuestro agrado, amigos.

Nosotros nos despedimos hasta la siguiente entrada.

Un gran saludo y nos seguimos leyendo

INSERT COIN

*Parry– Mecánica de juego que requiere que los jugadores presionen el botón de salto nuevamente mientras saltan